Cuando
tu madre estaba embarazada, todos los que conocemos a tus
padres, estábamos tan preocupados de tu venida. ¿Quién cuidaría de tí?
Presentí desde antes que nacieras que tu vida no sería muy fácil pero yo
poco podía hacer. No me equivoqué porque desde que naciste la vida no
te sonrió demasiado. Yo sabía de tí por una y otra carta que recibía y
algunas fotos que me mandaron. Siempre me preocupé de enviarte algunas
cosas y estaba pendiente de como te ibas desarrollando pero al
vivir tan lejos nunca pude saber en su real dimensión lo que estabas
viviendo. Tu padres te amaban mucho y te siguen amando, pero la vida a
ellos tampoco les sonrió. Les tocó vivir al revés y una sociedad que
tampoco los ayuda. Tus padres te tuvieron para disfrutarte y amarte.
Pero tener un hijo es mucho más que eso, es responsabilizarse por todos
los detalles y ellos no pudieron hacerlo porque no son capaces ni
siquiera de cuidarse a si mismos.
Hoy,
ya tienes 9 años y toda una vida por delante. Seguiré orando por ti y
estoy segura que Dios escucha y respalda mis oraciones. Tu vida no fue
un accidente porque para Dios no es así. Tu eres parte de la creación
divina, eres una princesa del altísimo y aunque ahora estás sola sin tus
padres, Dios manda sus ángeles para cuidarte y protegerte.
Tienes
bonitas memorias de tus padres y una buena base emocional. Te amaron y
te aman mucho pero no pueden cuidarte por eso vives en el hogar.
Aprenderás a vivir una vida dedicada a los demás y estoy segura que Dios
un día te usará para Su servicio y serás de beneficio para la sociedad.
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